Ruby y su padre llevaron los fósiles a casa. Tras investigar un poco, sospecharon que los fósiles eran parte de la mandíbula de un ictiosaurio. Enviaron fotos de los huesos a Lomax y le contaron su descubrimiento.
Más tarde, Ruby y su padre regresaron a la playa con Lomax y su equipo. Armados con palas, el grupo comenzó a excavar. Encontraron aún más trozos de mandíbula.
Los investigadores determinaron que los fósiles eran de una especie de ictiosaurio no conocida hasta entonces. Creen que vivió hace unos 202 millones de años y medía 82 pies de largo. Esto es más largo que dos buses escolares.
Hoy día, los fósiles se exponen en un museo de Inglaterra. Ruby, que ahora tiene 15 años, está encantada de haber encontrado un trozo de historia. Anima a otros niños a explorar.
“Nunca sabes adónde te puede llevar un descubrimiento”, dijo a los periodistas.