Los trabajadores del centro de vida silvestre les enseñan a las crías de perezoso a vivir en estado salvaje. Les dan herramientas para que aprendan a trepar. Atan una cuerda entre dos mecedoras. La cuerda sube y baja con el movimiento de las sillas. Se mece como la rama de un árbol.
Los perezosos practican en la cuerda. Pueden caerse sin hacerse daño.
“Creamos oportunidades para que se equivoquen”, dice Andrés Sáenz Bräutigam. Es un veterinario que ayuda a cuidar de los perezosos.
“Los errores les sirven para aprender”, dijo.
Los perezosos en estado salvaje comen todo tipo de plantas. Las plantas jóvenes son mejores para ellos. A los perezosos estudiantes se les enseña a elegir plantas frescas en lugar de hojas secas.