El misterio de Roanoke

Era agosto de 1590. John White acababa de pasar meses en el mar. Por fin, regresaba a la isla de Roanoke, que ahora forma parte de Carolina del Norte. White deseaba ver a su familia y amigos. Los había dejado atrás tres años antes. Pero cuando White llegó a su aldea, ¡no había nadie! 

¿Qué les pasó a los habitantes de Roanoke? Hoy en día, los expertos aún tratan de resolver el misterio. 

Investigadores como Scott Dawson han rastreado la zona durante años en busca de pistas. Dawson afirma que un descubrimiento reciente podría por fin cerrar el caso. 

White y unos 115 hombres, mujeres y niños zarparon de Inglaterra, en 1587. Se dirigieron a América, a la que llamaban el Nuevo Mundo. Su plan era formar una colonia. 

Al llegar a Roanoke, miles de indígenas ya vivían en la zona. Algunos no confiaban en los ingleses. Un grupo de exploradores ingleses había atacado anteriormente a una tribu indígena. Por eso, la tribu atacó al grupo de White. Mataron a una persona. Sin embargo, otra tribu ayudó a los colonos. Esa tribu se llamaba Croatoan.

Aun así, White y los demás colonos lucharon por sobrevivir. Al cabo de un mes, estaban asustados y hambrientos. Le pidieron a White que regresara a Inglaterra a buscar comida y provisiones. 

White navegó a casa. Pero su viaje le tomó más tiempo del esperado. Cuando regresó a Roanoke, la aldea no estaba. Había maleza por todas partes.

Había una pista: la palabra CROATOAN tallada en un poste de madera. Los croatoan vivían a 50 millas al sur de Roanoke, en lo que hoy es la isla Hatteras. ¿Se habían mudado allí los colonos? 

Las fuertes tormentas impidieron a White continuar la búsqueda. Se vio obligado a regresar a Inglaterra. White nunca volvió a ver a su familia ni a sus amigos. 

Dawson cree que los colonos se fueron a vivir con los croatoan. El año pasado, los investigadores encontraron escamas de hierro en la isla de Hatteras. El material se obtiene al forjar hierro. Se trata del proceso de convertir el metal en armas y herramientas. 

“Los indígenas no sabían forjar —dijo Dawson—. Pero los colonos sí”. Si los colonos no se trasladaron a Hatteras, ¿cómo llegaron allí las escamas?

Pero no todos los expertos están de acuerdo. Basta con preguntarle al arqueólogo Charles Ewen. Él afirma que los herreros necesitan una chimenea especial llamada hogar. Pero no se ha encontrado ningún hogar cercano. Además, Ewen dice que las escamas de hierro son comunes en los sitios históricos. Es posible que las dejaran otro grupo de colonos. 

A lo largo de los años, los investigadores han encontrado decenas de objetos. Afirman que estas pistas prueban diferentes ideas. Pero Ewen y muchos otros expertos se muestran escépticos.

“Podrían estar todos equivocados —dice Ewen—. Hay muy pocas pruebas fiables”.

Ewen cree que algún día descubriremos la verdad. Pero, por ahora, la colonia perdida sigue siendo un misterio.