Imagina que sacas una mala nota en un examen. O pierdes en un partido durante el recreo. O tal vez hagas una tarta que sabe horrible.
¿Qué tienen en común estas cosas? Algunos dirán que son fracasos y que nos deberíamos sentir mal por ello. ¿Pero es esa la respuesta completa? Muchos expertos no lo creen así.
“El fracaso no es tan terrible como crees”, explicó Samuel West. Es un psicólogo, alguien que estudia cómo piensan las personas.
West dice que los contratiempos pueden ser, en realidad, algo bueno para nosotros.